jueves, 6 de agosto de 2009

dejo de hablar

me decian mis impulsos mañaneros que hablara con la cordialidad de un estadounidense zalamero, mi espiritu contentador que permitiera hablar de 2 formas claras pero diferentes en su oscuridad; pero no lo crei, ninguno de los 2 pensaba retirarse sin decir las unicas palabras que podrian salir de nuestras bocas, cerradas hasta esa hora de la mañana.
Cansadas nuestras orejas de estar pegadas en las almohadas hechas de ropas que ya no nos pondriamos.
Abri mi boca para dejar salir una expresion propia de la mañana al despegar de la cama destendida y ella mi vió, callada, pispireta y profunda como su interior, anterior de un derroche inconcebible pero sin dos letras...dos pasos mios y sus ojos meditaban la forma en que exclamarian sus voces desde lo mas lejano de su entendimiento.
Entre al baño y seguia pensando en como hacerlo, tendría que ser al salir de ese espacio de 3x3 y entrar al universo de dudas y melancolia futura pero no supe. Nuevamente mi espiritu se encontraba lascivo y meditabundo que no pensaba dejar escapar ese sentimiento.
Ella ya estaba de pie, pensante e iracunda por que no encontraba su otra sandalia de 132 estoperoles de la caminata del dia anterior, sonriente le manifeste mi cooperacion ayudandola a buscarla...recuerdos, segundos, minutos antes de entrar a ese espacio cayó 2 o 3 metros lejos de la puerta de la recamara...sonrió y con sus ojos ya claros supe que tambien lo estaba recordando.
Sin embargo, 2 minutos más limitarían mi ansía de hablar, no lo analize mas; mientras ella va para el mismo lugar que habia entrado yo tiempo antes y produce una serie de disturbios emocionales que no se detienen.
Sin titubear y flagelante le pregunto: oye, ¿si me vas a cobrar los 300?

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