lunes, 10 de enero de 2011

De trabajos y trabajos

Logre asirme a la carroceria de la camioneta y me subi a la velocidad de un rayo. No me pudieron ver. Los tipos consideraron, el haberme disparado 25 veces, suficiente para declararme muerto.
Como un ninja medieval me acerque al chofer y con mi poderosa garra varonil le arranque la traquea mientras su vena carotidea todavia latia, el copiloto al ver los litros de sangre siendo expulsados preparaba agilmente su cuerno de chivo; yo alcanze a meterme a la cabina y con la habilidad de un depedrador le moche los dos brazos; el pobre cerebro delicuentil no alcanzaba a discernir lo que le habia pasado y murio con esa pregunta: ¿que fue lo que le paso a mis brazos?
Maneje la camioneta y marque por telefono: -bueno, ¿eres tu? -na, soy fulano de tal y tienes 5 min para llegar antes que mate a tu pequeño bastardo -contesto aquella voz ronca con acento libanes. No pude evitar pasar saliva varias veces (hasta hidratarme con ella) y acelerar aquella maquina de 8 cilindros y turbo integrado.
Todavia no explico como pero me encontre de repente disparando 2300 cartuchos hacia una camioneta que estaba cerrandome el paso. Derrapando llegaron cerca de la colina y los arroje con todo y equipo hacia el voladero. Voltee y me encontre cara a cara con mi oponente que sostenia una pequeña arma...apenas alcanzo a decir -hasta...recibio 123 disparos del mismo cuerno de chivo que compraron ilegalmente en USA.
Tome a mi pequeño y nos fuimos caminando muy tranquilos y me encontre cara a cara con el reloj que daban las 5:15 de la madrugada. Hora exacta para ir a trabajar en un trabajo que no acepte y a recibir una paga que no acorde y ser tratado como un empleado que nunca fui.

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