martes, 17 de noviembre de 2009

Wowww

Cada día o momento de mi vida o espíritu se libran batallas épicas de desencuentro y desengaño con una pizca de sal inequívoca de karma o destino. Cada hora sin anticipar lluvia de estrellas o desalinear los planetas es el resultado de la lucha sin tregua que, sin desearlo, es de lo mas exigente a la hora de querer ser como yo. Muchos lo han intentado sin observar que fracasaran irremediablemente, no es fácil ser como una maquina indomable con cientos de miles de circuitos entrelazados para hacer funcionar los hilos de mi vida o la de ustedes, incautos pobres de belleza interior y exterior por supuesto.
El desplazamiento de la corteza terrestre puede arrastrarte sin que lo esperes con el solo hecho de exclamar: "que encanto de felicidad natural este hombre derrocha".
Los polos magnéticos de la tierra sucumben en el insípido segundo de saborear mi masculina voz y los neutrinos arrancan toneladas de tristeza aquellos que osan por tenerme cerca y luego tener que dejarme ir.
Hay un fantasma que cada año aparece en la vida de este super-heroe, intenta derrotarme con sus recuerdos falsos y dolosos; lo enfrente detenidamente, use la preciosura de mi vista oscura, fría y meláncolica como las noches londinenses frente a el oxxo de tu preferencia. Lo hice irremediablemente mil pedazos, no supo como seguir con la intriga, con el miedo, con las mentiras inducidas de siglos de ansiedad y amargura...lo destruí con un solo segundo de mis intrépidas ideas y palabras, que solo un hombre tan caballeroso y poderoso (sin olvidar lo potente) como yo puede lograrlo.
Solo pude escuchar su tenebroso lamento: "perdoneme su majestad Don Infinito", "las molestias que he tenido, creí que eran por causa suya"; "no pude evitar sentirme atraído por esa inmensa luz que arroja su portentisima aura". Todo esto lo hizo con la cabeza en el suelo sin levantar ni un solo segundo su mirada.
Me fui a mi hogar plácidamente, tome a mi hijo entre mis brazos y le conté uno de mis 2, 345, 567 historias de guerreros, héroes, troyanos, persas y por supuesto mías.
Sé que regresará, lo estaré esperando... ya las puertas del arca se han abierto y nos dirijimos a Cabo Esperanza...uno de los puntos mas altos de la tierra después de este fin de semana estruendoso.
Yo, todavía con mi hijo en mis brazos...mi esposa de lado viendo hacia el futuro.

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