Monique

Quería plasmar mis recuerdos. Mi sensación de mejoría. Mi espasmo físico de felicidad que, malsano sea el sentimiento, no puedo redimir ni será redimido; claro que existe el método y la manera pero no quiero, ya no deseo irme con la corriente.

Otra historia de Fuente Calibri e imaginación--

Monique

Monique es una preciosa ninfa de 22 años. De 1.55 mts, tez blanca, aterciopelada y perfumada. Ella no siente recelo pero si se siente “algo rara” por hacer cosas que no hacen las demás niñas “bien”. Hacer las cosas que uno quiere, con quien uno quiera no debería ser tan melancólico pero gusta de analizarse y ese análisis nunca sale bien.
Ella lo sabe pero no se arrepiente, no siente remordimiento porque le conviene. Tiene novio pero no frena su salvajismo sexual que una noche no pueda alimentar. Monique no tiene arrepentimiento porque lo que hace lo goza, le encanta sentirse amada por hombres y mujeres prohibidas. En su caso, las mujeres de alrededor, le gritaran promiscua: ha conocido hombres de todos los tipos y acepta que con algunos se ha equivocado. Monique tiene novio pero no se detuvo esa noche de 1 de la madrugada y se entrega a “n” hombre que la hizo vibrar con palabras superflúas de hombre maduro que no entrega nada que no deba entregarse en ese tipo de noches. En alcohol, el hombre no siente ni frio ni calor, ni amor ni rencor, ni placer ni dolor…ni siquiera piensa o se detiene a pensar. Robotizado contesta que si a lo que le proponen.

Monique tiene novio y no se detuvo esa noche ni se detendrá jamás. –se que te gusto tanto como tú me gustas a mi –le dice al hombre. El hombre maduro sin alcohol siente frio en esos labios candentes, se encoleriza con la facilidad de Monique para decir sus “cosas, siente dolor porque ese placer es prohibido. –Mira soy un hombre casado –el hombre le indica a Monique –y eso que importa –ávida de besos, la chica le responde. –Yo feliz porque soy yo con quien TU engañas a tu esposa –el hombre sonríe. Sabe que esas palabras maquinadas lo llevaran directo a sufrir si esas conversaciones llegan a oídos de la esposa, quien encargada de los hijos no esta tan segura de donde pueda estar su marido.

Monique ya comienza una relación con este hombre. El novio ya encontró a otra chica (tal vez más joven o más arriesgada que Monique en el arte amatorio o de lujuria incandescente). Monique no se detendrá y obtendrá todo lo que quiera del hombre maduro que ya tiene su vida trazada, una esposa y la esposa cuida de los hijos de este hombre sin estar muy segura de donde se la pasa el marido, quien hizo bien en colocar el horario laboral sobre la puerta del refrigerador y que rara vez se ausenta como para dudar de él.