Eran casi las 9 de la noche. Viento fresco de diferentes angulos pero sentia mas la espalda de una temperatura extraña; casi surrealista. No habia luz, habia unas pequeñas velas que no alcanzaba a distinguir entre sombras quien y quien estaba en esa reunion. Hable de distintas maneras y pense de diferentes formas y de varias perspectivas pero no podia asimilar las razones por las que habia ido hasta ese lugar.
Era obvio que no podria estar mucho tiempo de oyente y pregunté, casi con una voz imperceptible a humanos: -y aquella?
-pos quien sabe, seguro ya viene en camino, en su carro nuevo. -ya lo sabe o no? -preguntó con una mirada obscura, brillante y sin apice de delicadeza pero gracias a mi peculiar y distante forma de ser no logro su cometido de incomodar o hacerme sentir mal. No pudo y no podra hacerme sentir mal su predestinado comportamiento.
Por dias pude escuchar la manera abrupta de contestar y de ser; y pidió buen trato y una manera especial de hablar. ¿A quien? ¿a mi?
Buenos fueron esos dias en los que contacto ese ente extraterrestre y conoci a otra forma de mujer...
Mi amigo, respiraba entrecortado cada vez que exhalaba estas palabras, la mujer que conoció y trato de manera directa ya no lo pelaba y menos lo hacia existir para nunca. Deberia olvidarse y seguir viviendo, de otra manera sufriria y moriria. Pobres hombres...
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