Ayer fue día del amor y la amistad. Desde el sábado, Venus y las lunas lesbianas de todos los planetas se alinearon a las 3:10 de la madrugada para formar unas elipses precisas cargadas de un billón de buenas vibras o...malas.
Recordaba desde el viernes 12 que todo en esta vida pasa por razones ya pre-establecidas en nuestro contrato al salir de la Isla. En mi caso, al destruirse Vulcanolandia, tuve que emigrar y formar parte de esta comunidad que estos días ya no es humana, puesto que no tiene sentimientos o simplemente nunca los conoció. Viven en una burbuja de auto-compasión, una esfera letal que los obliga a perder y hacer perder a los demás.
El sábado, pues, fui testigo de que es mejor estar cerca de los amigos, pero mucho mas cerca a nuestros enemigos, las constantes risas y chascarrillos no son aceptadas o no son entendidas por criminales del sentido común. Recordaba yo que el 98 % de las personas humanas carecen de eso. Es decir, de aquellos que les permite disfrutar la vida, cosas tales como respirar o comer sin reserva o con so pena de sufrir un embate criticónico de seres suversivos y faltos de felicidad. La disposición de estos seres a ser felices no existe.
Las palabras se las lleva el viento pero porque son expulsadas de nuestro sistema linfático y bucal. No se pierde nada con contemplar, con escuchar o con opinar de nuestros miedos o fracasos...pero se pierde hasta el infinito cuando tus miedos son escuchados por otros medios. El sábado no fue la excepción...los miedos resurgieron entre un grupo o todos los grupos donde enseño inglés al sentirse desvalidos y desprotegidos, quieren lastimar y lo harán; como otras ocasiones. Partirán desde sus creencias y las usaran, ejercerán su derecho y lo lograran...pero lo que nunca podrán entender es el porque una persona sin estar en Estados Unidos, sin contacto con anglo-parlantes, tiene un dominio de hasta el 90 % de inglés. No lo sabrán porque ellos están pensando que el idioma es y sera un rotundo guacaaaala y el maestro deberá ser removido porque vale mas otro profesor que uno exigente y estricto capataz. Pero no le diré nada, mejor le dare una puñalada por la espalda.
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